lunes, 6 de septiembre de 2010

Lucas 6:6-11: El hombre de la mano paralizada















Lucas 6:6-11

“Otro sábado entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada; así que los maestros de la ley y los fariseos, buscando un motivo para acusar a Jesús, no le quitaban la vista de encima para ver si sanaría en sábado. Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, le dijo al hombre de la mano paralizada:
— Levántate y ponte frente a todos.
Así que el hombre se puso de pie. Entonces Jesús dijo a los otros:
—Voy a hacerles una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?
Jesús se quedó mirando a todos los que lo rodeaban, y le dijo al hombre:
—Extiende la mano.
Así lo hizo, y la mano le quedó restablecida. Pero ellos se enfurecieron y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús.

Lo que se juzga en este episodio del evangelio de Lucas no es el milagro sino las circunstancias en que Jesús realiza el milagro. El motivo del conflicto entre Jesús y los maestros de la ley no es la sanación de la mano derecha paralizada sino el día, el lugar, en que Jesús realiza la curación.

Si entendemos esto, podremos ver que Jesús no solamente sana la mano derecha paralizada de un hombre sino que cuestiona la espiritualidad y la religión de los maestros de la ley y fariseos.

El sábado es un día santo para todo el pueblo de Israel; por eso, está estrictamente regulado. Un creyente sabe lo que puede y lo que no puede hacer el sábado: es un día dedicado a Dios, no a los asuntos de los hombres. Al analizar los conflictos entre los fariseos, maestros de la ley y Jesús, nos damos cuenta que estos se producen a menudo el sábado, el día que el pueblo de Israel dedica completamente a Dios. No se trata de una mera coincidencia.

Los fariseos y maestros de la ley se presentan como defensores de los derechos de Dios y Jesús se presenta como defensor de los derechos del hombre: el derecho a ser atendido en la enfermedad, el derecho a ser atendido cuando no hay trabajo, el derecho a ser atendido cuando no hay nada para comer... Y es que para Jesús los derechos de las personas no compiten con los derechos de Dios.

Detrás de esta espiritualidad, o tal vez, debemos decir mentalidad, descubrimos dos religiones, dos dioses, dos espiritualidades, muy distintas. Los fariseos y maestros de la ley critican a Jesús porque cura en sábado. En la sinagoga, durante el sábado, Jesús proclama la buena nueva: la liberación de los cautivos y la sanación de los enfermos.

La oración sabática de Jesús le mueve a interceder por los hombres, mientras que la oración sabática de los maestros de la ley les lleva a cargar a sus conciudadanos un yugo tan pesado que algunos de ellos no pueden soportar.

"La gloria de Dios es que el hombre viva", san Ireneo.

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