martes, 9 de enero de 2018

Las 3 características que dan autoridad al sacerdote: las explicó el Papa Francisco en misa

Marcos 1,21-28

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
— ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.
Jesús lo increpó:
— Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
— ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Las 3 características que dan autoridad al sacerdote,
por el papa Francisco

El papa Francisco, en la misa matinal en la residencia Santa Marta, explicó las 3 características sobre las que se construye la autoridad de un sacerdote. Se trata de:

- la emoción
- la cercanía
- y la coherencia

En la sinagoga de Cafarnaún, la gente que escuchaba a Jesús se quedaban asombrados porque enseñaba "con autoridad", explica el Evangelio de Marcos. No eran enseñanzas desde cátedras alejadas de la gente, dice el Papa.

Autoridad al acercarse a la gente

La enseñanza de Jesús “provocaba el estupor de la gente, movía sus corazones”, “Jesús tenía autoridad porque se acercaba a la gente”, señaló el Pontífice. “Debido a que era cercano, entendía; y también podía acoger, curar y enseñar con cercanía. Aquello que a un pastor da autoridad, o que despierta en él la autoridad que le ha dado el Padre, es la cercanía, la cercanía a Dios en la oración y la cercanía a la gente”.

Capacidad de conmoverse

Francisco recordó que “el pastor apartado de la gente no llega al pueblo con el mensaje. Cercanía. Esa doble cercanía (a Dios y a la gente). Esa es la unción del pastor que se conmueve ante el don de Dios en la oración, y que se puede conmover ante los pecadores, ante los problemas, ante las enfermedades de la gente: permite al pastor conmoverse”.

En la época de Jesús, los escribas, los doctores de la ley, habían perdido la capacidad de conmoverse porque “no estaban cerca ni de la gente ni de Dios”. Como consecuencia, habían perdido la coherencia de vida. El Papa señaló que eso es lo que Jesús advirtió cuando decía a la gente: “Haced lo que dicen, pero no lo que hacen”.

Contra la doble vida

En este sentido, Francisco advirtió contra la doble vida. “Es terrible ver a pastores con doble vida: es una herida en la Iglesia. Pastores que han perdido la autoridad y que siguen adelante con esta doble vida”.

“Jesús es muy duro con los que llevan una doble vida. Además de decir a la gente que les escuche pero que no hagan lo que hacen, ¿qué más dice? Les dice: ‘Sois sepulcros blanqueados’, es decir, bellos en la doctrina, por fuera, pero podridos por dentro. Este es el fin del pastor que no tiene cercanía con Dios en la oración, y con la gente en la compasión”.

A pesar de estas duras palabras, el Papa también tuvo un mensaje de esperanza: “Yo diría a los pastores que han vivido la vida separados de Dios y del pueblo, de la gente: ‘A pesar de todo, no perdáis la esperanza. Siempre existe una posibilidad’”.

La autoridad procede de Dios y la da Jesús

“La autoridad es un regalo de Dios. Sólo procede de Él y Jesús la da a los suyos. Autoridad en el hablar, que procede de la cercanía con Dios y con la gente, siempre juntos. Autoridad y coherencia, nada de doble vida. Y si un pastor pierde esa autoridad, que al menos no pierda la esperanza: siempre hay tiempo de acercarse y de revestirse de autoridad”, concluyó.

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